Los ahogamientos son una de las grandes catástrofes del verano. Este año ya han perdido la vida por esta razón 270 personas, de las cuales 30 son niños. Sebastián Quintana, experto en prevención de ahogamientos, destaca la importancia de no quitar ojo a los más pequeño y advierte de que un niño de uno o dos años puede morir ahogado en solo 27 segundos. Además, bastaría con que hubiera 15 centímetros de profundidad en el agua.
Habitualmente, el 70 por ciento de los ahogamientos se producen en playas, pero, como indica el experto, tras la pandemia del COVID-19 y el cofinamiento “se ha triplicado la venta de piscinas hinchables y desmontables en casas y chalets y también se ha incrementado la construcción de piscinas”. Estos espacios de juegos “pueden convertirse en un arma mortal” porque, según dice Quintana, no tienen vallas ni medidas de prevención y van a ser accesibles las 24 horas del día. “La recomendación es vaciar las piscinas hinchables cada día”, añade.
Un joven de 16 años ha perdido la vida en Girona tras haber recibido una picadura de un pez araña en la tráquea. Quintana dice que este animal “de unos 25 centímetros, inocula veneno a través de la espina y seguramente le provocó un shock anafiláctico”.
¿Qué hacer en estos casos? El experto dice que lo primero es recurrir de inmediato a los socorristas y, si no hay, llevar la paciente a urgencias. Si no fuera posible, hay unas medidas de urgencia que pueden tomarse en primera instancia.