Laureano, un hombre de 51 años residente en la Comunidad de Madrid, comenzó a sentirse mal, a notar un fuerte dolor en el pecho, hormigueo en los brazos, mareos y falta de visión y se acrecó al centro ambulatorio más cercano, el de Fuencarral, gracias a la recomendación de un compañero de trabajo, que le llevó hasta el médico. Allí, sin embargo, no fue atendido por estar empadronado en otro distrito (le correpondía otro ambulatorio) y murió 15 minutos después.
Raquel, su mujer, que todavía no se cree lo que ha pasado y que sigue notablemente afectada por la pérdida de su marido, ha denunciado lo ocurrido en 'Ya es mediodía': "Mi marido murió como un perro. Estas son cosas que no pueden pasar. Él era muy bueno, le quería todo el mundo. Ha sido un palo muy grande, todavía no me creo lo que ha ocurrido", ha dicho, emocionando a Sonsoles Ónega y al resto de los presentes en el plató y asegurando que hará lo que sea para llegar al final de este asunto.
También ha contado lo último que le dijo Laureano: "Todo normal, me dijo que ya venía para casa, que venía de Loeches. Y lo siguiente ya fue la llamada de la psicóloga del SAMUR para decirme que había sufrido una parada cardiorespiratoria.", ha contado con la voz entrecortada. 'Ya es mediodía' ha contatado con el centro de salud para conocer su versión de los hechos, pero no hemos recibido contestación. La Comunidad de Madri ha abierto una investigación.