Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, aprecia “lagunas” y “contradicciones” en el plan de desescalada presentado por el gobierno para frenar la expansión del coronavirus, por ejemplo: el 11 de mayo se podrán abrir los hoteles, pero no se podrá viajar entre provincias, por tanto ¿Quién se va a alojar en ellos?
Por otro lado, no se podrá ir a visitar a familiares, pero sí estar en una terraza guardando las distancias con un amigo o más personas que no son del entorno familiar: “Todo esto es una nebulosa que irán aclarando”.
Con respeto al gobierno y sus reuniones con los presidentes autonómicos, Revilla se muestra crítico por un lado y positivo por otro. Está contento porque se queda con que ha triunfado la tesis de que tenemos que “acostumbrarnos a convivir” con la pandemia “ya muy atenuada”. Además, mientras llegue una medicina eficaz o una vacuna, los principales luchadores “somos nosotros” y cree que lo más importante es que hemos aprendido “a cuidarnos”.
Pero también se queja de “falta de atención”: “Él escucha pero la queja que trasladamos todos es que hay un fallo de este Gobierno, se lo he repetido, que no pintamos nada, nos enteramos de las noticias por las ruedas de prensa que da el día anterior”.