Una vecina de Conil de la Frontera (Cádiz) había notado que le desaparecían sus braguitas de la cuerda donde las colgaba. Por eso, puso una cámara en su patio para averiguar qué ocurría con su ropa interior y así se dio cuenta de que un vecino de 52 años se colaba de noche en su propiedad (con el perro colgando del brazo incluido) para robarle sus prendas más íntimas.