Pablo sufre una enfermedad crónica y la actualidad tan dramática relacionada con el coronavirus ha causado estragos. El hombre viajaba de Gijón a León en un tren y tras tener un ataque de tos fue expulsado del vagón y aislado hasta llegar al destino. Pablo acudió al médico por la mañana, antes de coger el tren, ya que se encontraba mal: "Si yo sé desde por la mañana que no tengo nada deberían haberme hecho caso".
El hombre fue atendido por el revisor del tren y una enfermera. El personal del tren llamó al hospital y decidieron tomar una serie de medidas preventivas que exageraban la realidad: "En Gijón me esperó la UCI, cuatro coches de patrulla y ocho agentes de la Nacional". Además, le llevaron de vuelta a Oviedo sin motivo alguno.
El coronavirus ha provocado una sensación de alarma entre la sociedad y el mínimo gesto ya radica en un gran dispositivo. Lo fundamental es mantener la calma y extremar algunas medidas preventivas como la higiene.