La peor pesadilla de Casimiro Villegas se ha hecho realidad. En el año 2011, cuatro ladrones entraron en su casa y él les disparó con su arma reglamentaria. Ninguno de ellos murió y comenzó un juicio en el que, finalmente, el expolicía local ha sido condenado a dos años y medio de cárcel (la fiscalía pedía 16 para él) y a indemnizar a tres de sus cuatro asaltantes con 53.000 euros.