El sector turístico ha sido uno de los más afectados por el confinamiento y la crisis del coronavirus. La fase 1 permite a los hoteles volver a abrir sus puertas, pero muchos no lo van a hacer porque no les sale rentable debido a los pocos clientes que hay. Esperarán hasta que se permita la movilidad entre provincias y se reanude el tráfico aéreo.
Mientras, están preparándose para la llamada nueva normalidad que nos espera cuando se supere la actual crisis, en la que tendremos que seguir conviviendo con el COVID-19 y manteniendo ciertas medidas de higiene y seguridad. ¿Qué van a hacer para proteger a sus clientes de los contagios?
Muchas rutinas cambiarán cuando los hoteles reabran sus puertas. Por ejemplo, no habrá aparcacoches y en la recepción no se podrá compartir bolígrafo. Las llaves de la habitación que se entregarán estarán en recipientes desinfectados y los ascensores serán de uso individual (de personas de la misma familia o que viajen juntas). Una vez en la habitación, no veremos alfombras, cortinas ni otros ropajes que puedan ser considerados foco de contagio. En el baño, las papeleras serán de pedal.
Las rutinas del restaurante también cambiarán. Habrá turnos y tendremos que concertar cita previa para asistir. Además, desaparecerá el buffet. Lo que tendremos será un emplatado individual en monodosis y tapado.