La dueña del local en el que pasó sus últimas horas el parricida de Sueca: “Cuando tenía al niño, el bar no lo tocaba, pero cambió”
Un hombre mata a su hijo de 10 años a cuchilladas en Sueca
La dueña y vecina del parricida describe a un hombre con depresión y un problema con la bebida
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Tras conocer el terrorífico parricidio cometido por un hombre de 47 años en la localidad de Sueca en Valencia, Fabiola Etayo se ha desplazado hasta el lugar de los hechos para saber qué ocurrió horas antes de que este padre matara a su hijo de 11 años a cuchilladas el día que iban a celebrar juntos su cumpleaños.
El sábado anterior a terminar con la vida de su propio hijo de forma brutal, el supuesto parricida de Sueca entraba a las siete de la mañana en muy malas condiciones y con miedo a encontrarse con su padre. Según ha explicado Teresa, la dueña, del local que frecuentaba el supuesto asesino, llegó con muy malas condiciones y tenía miedo de que su padre le regañara por ir borracho, despeinado y muy, muy sucio “Venía de otro sitio, venía borracho”.
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Según le ha contado la hostelera a nuestra reportera, este hombre de 47 años estuvo hasta el mediodía en el local y tuvo que llamar a un primo suyo para poderle sacarle del establecimiento. Incluso, se vio obligada a cerrar el establecimiento para conseguir que se marchara.
Por la tarde a esos de las siete de la tarde regresó “muy tranquilo”, solo pedía “un quinto” y sobre las 21:30 horas le amenazó con llamar a la Guardia Civil y se marchó por su propio pie. Teresa describe a un hombre ebrio y en muy malas condiciones higiénicas. Pero asegura, que no siempre fue así y que había cambiado desde hacía unos meses “A primera hora cuando se separó el matrimonio, cuando le tocaba le recogía, le llevaba a la escuela… Estaba de baja por depresión y le llevaba al colegio”.
Incluso, asegura que su actitud cambiaba cuando tenía que hacerse cargo de su hijo “Cuando tenía al niño, el bar no lo tocaba, pero cuando no… No era agresivo, llegaba se sentaba y pedía, si le servía, bien y sino le servía también… Estaba horas sentado y no hablaba en nadie… Luego cambió, con la ropa sucia, las zapatillas de estar en casa…”.
Asegura que el barrio esta consternado y que los vecinos “Si lo agarran, yo creo que al cuartel no hubiera llegado. Es un criminal, una belleza de niño, muy obediente y todo”.