Dos detenidos por el crimen de la hortelana participan en una reconstrucción: "Eran agresivos, intimidatorios"
El cadáver de Katia fue encontrado en el pozo de su huerta con evidentes signos de violencia
La guardia civil ha detenido a los dos hombres a los que Katia había acogido
Uno de los vecinos asegura que los hombres, que se presentaban como peregrinos, eran "agresivos"
El cadáver de Katia fue encontrado en un pozo de su finca y, poco después, la guardia civil detenía a los dos hombres a los que ella había acogido en su casa. Los detenidos han participado en una reconstrucción, pero ¿Cómo eran? Hablamos con uno de los vecinos de la víctima.
Uno de los dos detenidos por la muerte de Katia acudía acompañado por la guardia civil a realizar una construcción en el domicilio. Por separado y con dos horas de diferencia veíamos entrar al segundo detenido en la finca donde estaba el pozo donde fue encontrado el cadáver de la mujer
Los sospechosos se hacían pasar por peregrinos cuando fueron localizados por la guardia civil, a más de 60 kilómetros del lugar del suceso, en San Justo de la Vega.
¿Todo fue un robo?
Pero ¿Qué les llevó a terminar con la vida de Katia? Marina Pérez de Ayala, reportera de ‘Ya es mediodía’, apuntaba que como móvil del crimen se baraja un posible robo, pero se ha decretado el secreto de sumario con lo que hay que ser cautelosos con las informaciones.
El testimonio de uno de los vecinos de la víctima
En directo hablábamos con Sinin, uno de los vecinos y propietario de un bar en la localidad que nos contaba que, poco antes de los sucesos, Katia y los dos hombres estuvieron en su local: “Este es un supuesto solo, creo que era la noche de despedida, que ella les iban a licenciar, llevaban dos meses y les invitó a algo. Estaban alegres los tres, ella en medio de los dos”, decía Sinin, que vio entre ellos una imagen “familiar”.
De hecho, aseguraba que no hubiera dudado en dar la voz de alarma ante cualquier gesto, signo o sospecha.
Sí que ocurrió algo en el pasado, cuando Sinin tuvo que echarles: “Tenían gestos agresivos, como imponiéndose, uno era fuertote y el otro… no sé si son hermanos, pero los dos son fuertes”.
“Miraron con gesto agresivo a una niña, con gesto como intimidatorio, malas gentes y dije ‘oye, buenas tardes’ y no me insistieron ni nada, marcharon tranquilamente”, recordaba Sinin.