Parece ser que Íñigo Onieva se siente algo estresado y no lleva nada bien eso de que la prensa le espere a las puertas de su casa. El que se convertirá en el flamante marido de Tamara Falcó, está muy lejos de sentirse a gusto con la prensa como su prometida.
La pasada semana veíamos a Íñigo enfadarse con los reporteros a su salida de misa, y esta semana el mosqueo se producía a las puertas de su casa en Madrid. Eran en torno a las doce de la noche cuando Íñigo decidía salir a pasear con el perro de la pareja, un momento que las cámaras captaban.
Íñigo, bastante malhumorado, se enfrentaba a los periodistas pidiéndoles que le dejasen en paz:
"Son las doce de la noche, no son horas para apuntar con un foco a nadie ni para hacer preguntas, iros a casa ya y dejadme en paz".
El prometido de Tamara Falcó no lleva nada bien haberse convertido en uno de los personajes más perseguidos por la prensa del corazón, algo que tendrán que terminar aceptando si decide compartir su vida con la heredera de Isabel Preysler.