Espada en mano y luciendo orgulloso el simbólico traje adornado con ramas de olivo en verde y dorado, Vargas Llosa hacia su histórica entrada en la Academia francesa y se convertía en uno de sus inmortales.
Tan solo unos minutos después de la llegada de su invitado, el rey emérito don Juan Carlos de Borbón, veíamos a Mario Vargas Llosa entrar en la Academia francesa convertido en uno de sus inmortales. Emocionado y nervioso, el Nobel de la Letras aparecía con el simbólico traje de los inmortales y la espada toledana en la mano.
Un traje bordado a mano con ramas de olivo en verde y dorado, que cuesta unos 50.000€ financiados por la Academia y una espada diseñada por un gran maestro toledano y elegida por la hija de su exnovia Tamara Falcó.