La tecnología durante la emergencia del COVID-19 ha sido un factor clave para todos. Al quedarnos en casa, nos ha permitido conectarnos con nuestros amigos y nuestra familia, asegurando así una fuente de comunicación. Además, ayudó con el entretenimiento, la relajación y la abstracción de aquellas noticias negativas diarias. Por tanto, nos ha dado la posibilidad de teletrabajar y tele estudiar, dos aspectos fundamentales para continuar con la educación y evitar aumentar la brecha económica y social.
Con este incremento en el uso de la tecnología, aumentó también el número de dispositivos electrónicos vendidos, manteniendo vivo al sector. No solamente aumentó la demanda, también la manera en que se compra, alejándonos de las compras físicas y acercándonos aún más al mundo de las tiendas online.
Durante la pandemia el incremento de uso de tecnologías fue del 80% entre los adultos y un 180% entre los jóvenes. Para los jóvenes es importante cuidar esta tendencia y poner un límite al uso diario de aparatos tecnológicos ya que podría afectar negativamente a su salud pudiendo acabar en problemas con la alimentación o adicciones. No significa prohibir el uso de la tecnología, sino limitarlo y usarlo para asuntos específicos, aprendiendo a convivir con ello.