Rufino lleva cuatro años sin hablar con su hija Encarna, desde que ésta se peleara con sus otras dos hermanas por motivos económicos. Rufino no entiende qué pasó y por qué su hija dejó de mantener contacto con él, a pesar de que intentara mediar entre ellas. El padre quiere hacer ‘borrón y cuenta nueva’, no quiere más reproches y discusiones, pues el hecho de que sus tres hijas se pelearan a gritos frente al féretro de su madre en el tanatorio, rompió el alma de Rufino: “Tengo 75 años y no quiero morir sin darte un abrazo”, le confiesa a su hija cuando la ve en plató. Encarna ha alucinado cuando Carlos Sobera le ha contado la historia que nos ha contado Rufino y ella ha querido matizar para negar algunas informaciones. Asegura que su familia le ha dado de lado. ¿Habrá reconciliación entre padre e hija?