Cuando Maru nació hace 72 años, nadie podía imaginarse que se convertiría en parte de un grupo de mujeres pioneras en el fútbol femenino. Provenía de una familia muy culé y sus hermanos eran grandes amantes del fútbol. Desde pequeña, Maru jugaba con ellos como portera y tuvo que hacer frente a multitud de comentarios machistas. Años después se casó con Antonio, con quien compartió su pasión y quien le habló de la existencia de un equipo de fútbol femenino.
Un día decidió ir a verlas y se quedó realmente sorprendida porque “no tenían ni idea de jugar”. Sin embargo, lo vio como una buena oportunidad y, con 23 años, siendo madre de su hija mayor, se unió a ellas como portera. Aunque se dejaban la piel en el campo, el equipo se fue desintegrando por la falta de financiación, asuntos personales de las jugadoras y grandes presiones sociales. Pero a Maru le ofrecieron ser portera en el Fútbol Club Barcelona y aceptó sin pensarlo por considerarlo una gran oportunidad. La gente no se acostumbraba a ver a una mujer jugar y los insultos eran constantes, aunque ella no permitió que esos comentarios le impidieran conseguir su sueño. Tras quedarse embarazada de nuevo, Maru abandonó el equipo pero siempre ha recordado a sus ex compañeras con cariño y con una tremenda nostalgia. Ahora, Maru quiere reencontrarse con aquellas chicas que formaron parte de unos años tan felices y maravillosos para ella.