José lleva tres años sin hablarse con su hija y confiesa que su vida no tiene sentido sin ella. Se divorció de su mujer hace seis años y ella y la niña se quedaron viviendo en Suiza. Cuando se separaron, prometieron mantener contacto. Pero cuando ella iba a venir a visitarle algo ocurrió. No apareció y cuando José intentó ponerse en contacto con ella, recibió su rechazo. Le bloqueó en el teléfono y no ha podido contactar con su hija.
Carlos Sobera ha leído la carta que su hija le envió a su padre en la que le explicaba por qué no quiere saber nada de él y al descubrir que ella estaba en plató, José ha roto a llorar: la joven rechaza la invitación del programa.