Neyer es un chico trans y, aunque tuvo una infancia feliz rodeada por sus primos, con el tiempo empezó a no sentirse cómodo con el género que le asignaron al nacer. Con 14 años se cortó el pelo, empezó a manifestar su deseo por dejar de ser conocido por su nombre femenino y confesó a sus padres que se sentía hombre. La incomprensión familiar no le frenó y empezó su proceso hormonal. Al tiempo apareció una ilusión: Verónica, una chica a la que conoció en una red social.
Verónica supo cuidarle en un momento duro de su vida y la relación con ella empezó a afianzarse. Pronto empezaron a salir y Neyer llegó a pedirle matrimonio. Sin embargo, nunca se sintió suficientemente hombre para Verónica y la relación se rompió. Ahora Neyer quiere pedirle perdón y una nueva oportunidad. Sin embargo, Verónica le ha rechazado de manera contundente: “No puede ser porque yo tengo pareja ahora”.