Tras ver cómo su mujer ingresaba en prisión, Nemo Bandeira cree que solo Mario ha podido filtrar a la policía los datos necesarios para acusarla. Pero Mendoza lo tiene todo atado y le desvela al capo que Nina conocía esas cuentas. Ella, muy nerviosa tras haber sido interrogada por la policía, confirma que movió capitales de esas cuentas para obtener la liquidez que necesitaban.