La Interpol se comunica con la policía de Oeste y les anuncia que los Arteaga están involucrados en una red de prostitución. Para descubrir que traman los enemigos de los Bandeira y obtener más información sobre su nuevo negocio, la inspectora Alén se infiltra como limpiadora de limpieza en el club nocturno Desiré. Allí la agente de policía descubre que los mexicanos van a llevar a más prostitutas. Llama por teléfono a la jueza Cambeiro para darle la noticia, sin embargo, Daniel Arteaga la descubre y le propina un fuerte golpe en la cabeza que la deja inconsciente.
"El narcotraficante habla con la jueza y la amenaza con matar a su compañera si no le cuenta todo lo que se traen entre manos".