Aceptarnos como realmente somos, no es tarea fácil. Tener una autoestima fuerte y bien cimentada es esencial para una vida plena. Pero hay miles de mensajes que nos bombardean a diario intentando hacernos creer que la eterna juventud es posible, que nuestra talla permanecerá inalterable a lo largo de los años y que no tendremos arrugas ni canas. Pero el tiempo avanza, afortunada e inexorablemente, y es fundamental asumirlo. Es la llave de la verdadera felicidad, mirarse con sinceridad, a sabiendas de que somos únicos e irrepetibles. Eso no significa renunciar a verse bien, desde luego, pero con sensatez, sin estridencias, sin mentiras, con naturalidad. A ese tema, tan importante, dedicamos dos de los reportajes que más me han gustado este mes: “Así cambiará tu cuerpo con la edad” y “Filtros: ¿por qué los necesitamos?”. Los dos hablan de la percepción de la propia imagen, de los peligros de autoengañarse y hacer creer (incluso creerlo nosotros mismos) que somos los que aparecemos en las fotos retocadas. La belleza es un todo: carácter, experiencia, estilo, sentido del humor, inteligencia, simpatía, carisma, bondad. Y hay muchas de esas cosas, claramente, mejoran con los años.
Feliz mes de marzo a tod@s.
Rosanna Rezusta
Directora de la 'Revista Viva la Vida'