La noticia de la semana: Marta Ortega se pondrá al frente del grupo Inditex, siguiendo así los pasos de su padre, Amancio Ortega. Lejos de contribuir al innecesario debate de si está reparado o no para el puesto, ‘Viva la vida’ prepara un informe sobre la familia, centrándose en Sandra, la hermana de Marta y con quien apenas tiene relación.
La carrera de ambas hermanas ha sido muy diferente. Mientras que Marta Ortega lleva a cabo el relevo administrativo de la empresa Inditex y se convierte en la presidenta del Imperio Zara, Sandra prefiere mantenerse al margen, alejada de los medios de comunicación. Los perfiles de las hermanas contrastan.
Sandra no está muy vinculada a la empresa. De hecho, la única relación que tiene con ella es ser accionista, con unas inversiones que heredó por parte de su madre, Rosalía. Mientras que Marta se ha formado continuamente para tener un puesto importante en la empresa, Sandra ha preferido ser más discreta, a pesar de ser una de las mujeres más ricas del país (según Forbes tiene 6.700 millones de euros). Se centra más en las inversiones y se aleja de la imagen pública.
Sus perfiles tan dispares parece que choquen. Su relación es inexistente, hasta el punto de que Sandra no acudió a ninguna de las dos bodas de su hermana Marta. Apenas tienen trato y, cuando lo hay, es por cuestiones profesionales. Pero ¿por qué apenas se hablan? Parece que la separación entre Amancio Ortega y Rosalía supuso un punto de inflexión entre las hermanas.
Sandra cerró filas con su madre cuando descubrió que su padre se había enamorado de una empleada de la empresa, Flora, con la que terminó casándose. Juan Luis Galiacho aporta más información sobre esta desunión entre hermanas y el motivo por el cual Marta y Sandra apenas se hablan. Amor y empresa entraron en conflicto y esto dividió a las hermanas.