Hace ya 15 años tuvo lugar uno de los crímenes más escalofriantes que recordamos en nuestro país. Tres adolescentes agredieron a una mujer que dormía en un cajero de Barcelona, la rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego acabando con su vida por las graves heridas que sufrió.
Rosario murió a los dos días con horribles dolores y su autopsia reveló que, a parte de haber sido calcinada viva, había sufrido graves golpes por parte de los tres jóvenes. Uno de ellos, condenado a 17 años de cárcel, era Ricard Pinilla, y ahora, 15 años después, habla para las cámaras de 'Viva la vida':
"Todo empezó como una noche en la que íbamos a salir de fiesta, una noche que podría iniciar cualquier grupo de muchachos jóvenes o adolescentes y de alguna manera aquello fue degenerando de una forma bastante brutal (...) Empezamos por beber alcohol y luego por lo típico, a ver cuál era machito, a ver cuál tenía los cataplines de meterse con tal... considerábamos que este tipo de acciones eran de valentía"
"Tengo el recuerdo, la memoria y la conciencia de que he sido yo, evidentemente, también el cargo de conciencia, pero el verlo de lejos me da una sensación muy extraña, de no ser esa persona realmente, no sabría definirlo, me cuesta muchísimo (...) El perdón lo pido en general y a ellos muy concretamente, y no solo a su familia, también a amigos y personas allegadas (...) En mi mente lo imagino y pienso que no me van a perdonar, es obvio, es muy difícil (...) Yo considero que una vida no se puede pagar jamás, pero jamás es jamás, ni siquiera con mi propia vida y lo digo, quiero pedir el perdón más absoluto porque es que no es para menos".