Despechugado, con una discreta camisa y mucho ritmo e ilusión, Gianmarco Onestini no se ha puesto el delantal pero sí, se ha puesto delante de los fogones para preparar su cena ganadora de ‘Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition’. Eso sí, hay ciertos detalles que se le han pasado por alto y se ha llevado un buen susto.
Dispuesto a disfrutar de una noche llena de maracaná y sin poder dejar de bailar durante todo el cocinado, Gianmarco Onestini ha puesto sus cinco sentidos en preparar una cena espectacular para sus invitados, en ese momento sorpresa. Con la intención de que el buen rollo fuera la tónica dominante de su gran noche, el italiano ha preparado un menú de su tierra llenito de sonrisas.
De primero ha querido sorprender con unos ‘Spaghetti de la sonrisa’, para nosotros unos espaguetis carbonara con muy buena pinta. De segundo ha apostado por unos ‘Involtini del buon umore’ y la cosa no ha marchado tan bien cómo esperaba. Al chef se le ha olvidado que nunca es una buena idea mezclar el agua con el aceite caliente y su cocina ha comenzado a echar humo.
Superado el momento ‘involtini’, Gianmarco ha preparado su ‘Pastel del amor’, un elaborado tiramisú típico de la Región del Véneto de donde es su mamá y a quién no ha dudado en llamar para que le diera el visto bueno. Algo que no ha terminado de conseguir porque su madre le ha dicho que tenía buen aspecto y parecía muy bien hecho, pero que la presentación era regular.