Pau Rigo, el anciano que mató a un ladrón en defensa propia, rompe su silencio: "Ese disparo destrozó mi vida"
Pau Rigo ha hablado por primera vez en 'Vamos a ver' sobre el impacto de la situación en su vida
A pesar de su absolución, Pau ha confesado que la experiencia le ha dejado secuelas psicológicas y de salud
El jurado declara no culpable a Pau Rigo, el anciano que mató a un ladrón en Porreres, Mallorca
Pau Rigo, el anciano de 84 años que mató a un ladrón en su casa de Mallorca en legítima defensa, ha hablado por primera vez en 'Vamos a ver' sobre la angustia que ha experimentado tras el incidente, cómo ha vivido el proceso judicial y cómo la situación ha afectado su salud física y mental.
"Después de juzgarte tanto tiempo después y ver que no sale nada bien, tienes una sensación de desasosiego", ha compartido Pau, quien ha asegurado que, aunque confiaba en la justicia, a veces ha dudado del sistema judicial. Según Pau, el miedo sigue siendo una constante en su vida: "Todavía tengo miedo, esta gente era la banda del diablo y, que yo sepa, esto sigue igual".
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A lo largo de su proceso, Pau ha sido acompañado por un psicólogo que le recomendó olvidar lo sucedido, mientras que, por otro lado, los jueces le decían que debía recordarlo. "Hombre, esto es un poco contradictorio y cansa, debilita", ha expresado, reflejando la confusión y agotamiento que le ha causado la situación.
El disparo que cambió su vida
Pau ha recordado el momento crítico en que, sintiéndose amenazado por el ladrón, decidió disparar en defensa propia: "Ese disparo ha destrozado mi vida, pero no quería perderla allí mismo. Me habría matado, es duro, pero es así". A pesar de la tragedia, Pau ha reafirmado que su conciencia está tranquila, ya que considera que si no hubiera actuado de esa forma, hoy no estaría vivo. "Si no hubiera hecho algo, hoy estaría muerto", ha subrayado con firmeza.
A pesar de que muchas personas le han animado moralmente, Pau ha reconocido que siempre ha habido quienes no han comprendido sus acciones: "La gente me animaba, pero siempre había alguno que le parecía mal". Este apoyo, aunque importante, no ha podido aliviar completamente el impacto psicológico de la situación. "La presión es muy grande", ha comentado. En cuanto a su estado físico y emocional, Pau ha confesado que ya no se siente como antes: "Ya no soy ni la sombra de lo que era. Estoy vegetando, que no es lo mismo que vivir".
A nivel psicológico, Pau ha explicado que, aunque no se consideraba una persona débil mentalmente, los años y los problemas derivados de este acontecimiento han ido desgastando su fortaleza. "Psicológicamente, no era muy débil, pero con el tiempo, y cuando te ves mayor y con problemas de este tipo, te arrastra", ha señalado, mostrando el cansancio que ha provocado en él todo el proceso.
El deseo de limpiar su nombre
Finalmente, Pau ha dejado claro que su objetivo es limpiar su nombre y dejar atrás la condena social que ha sufrido ya que el no es un asesino: "Querría limpiar mi nombre". Además, ha expresado su agradecimiento a todas las personas que le han apoyado durante el proceso, destacando que las mejores personas se revelan tanto en los momentos difíciles como en los buenos, y que a veces, sorprendentemente, ni siquiera tienen que ser parte de tu familia.