'Vamos a ver' se reúne con Josefa y Clemente en su casa tras 10 días aislados en Paiporta: "Si se me desata la lengua, van a dar gato por liebre"
Josefa y Clemente son un matrimonio octogenario que se encuentra atrapado en su casa en Paiporta desde hace ya 10 días
'Vamos a ver' ha conseguido acceder a la casa del matrimonio y hablar con ellos
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En 'Vamos a ver' hemos seguido de cerca las dramáticas consecuencias de la devastadora riada que ha azotado la provincia de Valencia. Uno de los casos más angustiosos es el de Josefa y Clemente, un matrimonio octogenario que se encuentra atrapado en su casa en Paiporta desde hace ya 10 días. Aunque los equipos de rescate han trabajado sin descanso, la situación sigue siendo desesperada para muchos vecinos que permanecen atrapados entre los escombros y el barro. Las calles y viviendas, cubiertas por el barro, siguen siendo inaccesibles, lo que dificulta enormemente las labores de evacuación y rescate. La devastación es palpable, y la esperanza sigue viva únicamente en los rostros de aquellos que, como Josefa y Clemente, esperan la ayuda de las autoridades y los voluntarios para poder salir de la pesadilla en la que se encuentran.
María Vicente, reportera del programa, ha conseguido acceder a la casa del matrimonio y ha hablado con ellos. "Cuánto trabajo habéis hecho. Como están las máquinas hoy, que esperemos que lo saquen todo, no te oímos del todo, pero estáis haciendo muy buen trabajo", ha dicho Josefa, mostrando su agradecimiento por los esfuerzos de los equipos de rescate y del programa. Sin embargo, ha insistido en que "necesitan que lo quiten ya todo", y ha pedido que no les abandonen en su difícil situación.
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Josefa y Clemente, una semana atrapados en su casa de Paiporta: "Esto es devastador. Por lo menos que nos den luz"
Clemente, por su parte, visiblemente abrumado por los días de angustia y atrapado en su casa, no ha querido dar muchas declaraciones: "Si se me desata la lengua, van a dar gato por liebre". La desesperación se refleja en sus palabras, pues lleva mucho tiempo atrapado, sin poder moverse debido a la gran cantidad de escombros que obstaculizan la salida.
Ya es accesible, pero siguen atrapados por los obstáculos
Desde su balcón, Josefa y Clemente pueden observar la magnitud de la destrucción que se encuentra bajo su hogar. "Hay tres coches empotrados en el garaje por donde hemos entrado, pero ya se ve un poco la mejoría", ha comentado María, la reportera. Sin embargo, ha añadido que, debido a la edad del matrimonio, los escombros y el agua que les llegaría hasta los tobillos, no pueden salir por su propio pie.
Josefa ha aprovechado para reflexionar sobre la difícil situación y ha explicado que lo primero que va ha hacer cuando salga es ir a misa: "Quiero dar gracias porque tengo la vida, porque mis hijos y mis nietos están vivos. He sido una privilegiada toda la vida, pues ahora soportaremos esto y ya está".
Josefa: "Esto es devastador; ni siquiera en la riada de 57 pasó algo así".
Uno de los lugares más afectados por la riada en Valencia es Paiporta, donde la tragedia sigue golpeando a la población. La localidad continúa buscando desaparecidos entre los escombros arrastrados por las intensas lluvias. Hace menos de tres días, Joaquín Prat se trasladó al lugar de los hechos, donde conoció a este matrimonio que llevaba ya una semana atrapado. Desde abajo, Josefa relató que no había vuelto la luz y que el agua había llegado hace dos días: "Comida no nos falta porque bajamos un cubo para que nos traigan, pero tenemos todas las puertas cerradas y un coche empotrado en la planta baja."
Además, el garaje bloqueado impide que los vecinos puedan ayudarles. Aunque la pareja puede asomarse a la terraza, no ha podido salir, ya que requieren maquinaria pesada para despejar la entrada. "Esto se pasa de castaño a oscuro, por lo menos que nos den luz," añadió Josefa, visiblemente preocupada.
En cuanto a la magnitud de la tragedia, Josefa ha comentado que ni en la riada de 1957, que también calló en Paiporta, fue tan trágico: "Esto es devastador; ni siquiera en la riada de 57 pasó algo así". La pareja recordó cómo vivieron el desastre de forma repentina: "Estábamos tan tranquilos y, de repente, un segundo, mi marido baja a la farmacia y ya no pudimos cerrar la puerta," explicó a Prat. A pesar del sufrimiento, Josefa continúa intentando mantener la esperanza mientras espera ayuda.