Este lunes, Juan, un joven de 20 años, era detenido por el asesinato de Mateo, el niño de de Mocejón. Este pequeño municipio de Toledo, que tan solo cuenta con unos 5.000 habitantes, está consternado por este trágico suceso y todavía no pueden creerse que el culpable fuese uno de sus vecinos.
Un equipo de 'Vamos a ver' se ha desplazado hasta la puerta de la casa en la que el asesino confeso fue detenido, la cual es propiedad de su padre. Las cámaras han podido captar la salida de su progenitor que, según nos ha relatado la reportera, iba visiblemente "enfadado" y con la "palabra asesino escrita en el coche".
Este programa también ha podido hablar con la tía del asesino confeso de Mateo, que se ha mostrado realmente consternada ante esta tragedia que también azota a su familia: "Estamos mal, muy mal, lo siento mucho. Mis padres son muy mayores y no pueden decir nada, lo siento mucho. Es una desgracia para esa familia y para esta también. Estamos todos de luto aquí por el niño, lo sentimos mucho. Decir a la familia que igual que lo sienten ellos lo sentimos nosotros
Después de 36 horas de intensa búsqueda, el asesino de Mateo, el niño de Mocejón, era arrestado a primera hora de la tarde de este lunes. El detenido tendría una discapacidad reconocida del 70 por ciento por un trastorno mental. En sus primeras conversaciones con los agentes, ha dicho que en realidad quien ha cometido el crimen "ha sido mi otro yo, ha sido mi copia".
El joven habría confesado el crimen en su primera declaración prestada tras ser detenido en casa de su padre. Las fuentes consultadas han indicado que el detenido deliraba al hablar y no mantenía un discurso coherente, lo que podría indicar que sufra algún trastorno.
El joven, que no reside habitualmente en la localidad toledana, pasaba unos días en el pueblo y según ha contado su padre a los medios de comunicación, su hijo sufre una discapacidad psíquica de entre el 60 y el 70 %, ha informa Voz Pópuli.
Se trata de uno de los atenuantes que recoge la ley posibilitando la rebaja de una prisión permanente revisable a una pena que podría llegar hasta los 25 años de cárcel.