'Vamos a ver' muestra las declaraciones de Aitor, el hijo de mayor de Dionisio, una de las víctimas mortales del doble crimen de Santovenia de Pisuerga (Valladolid) por Pablo Antonio Santamaría, alias 'El Chiqui', presunto autor material de las muertes.
“Fui a buscar a mi padre al hospital. No quiso denunciar a 'El Chiqui' porque era su amigo. En la vida he visto a mi padre con un arma de fuego. Al llegar del hospital, estaba con mi padre y dimos golpes a la puerta de la casa en la que estaba 'El Chiqui'. Después, disparó a mi padre”, ha explicado Aitor en el juicio.
“Me metí al ascensor y vi que me apuntaban por lo que salí corriendo. Vi como 'El Chiqui' salía para intentar alcanzarme y apuntándome. Yo solo pensaba en salvar mi vida y pedir ayuda para mi padre”, aseguraba el hijo del fallecido.
“Una de las personas que va a declarar es clave, Iván, es uno de los acompañantes que estaba con ‘El Chiqui’ dentro de la vivienda la noche que asesinó a Dioni con disparos. ‘El Chiqui’ cuenta que estuvo con él dentro. Es el novio de la hijastra de él y confiesa que en ningún momento le secuestró, que estaba únicamente con él para ayudarle y que fuese un cómplice más", comenta al reportera.
La defensa del acusado asegura en la declaración que había consumido sustancias estupefacientes, que había bebido alcohol y que no era consciente de lo que hizo. “Estaba muy borracho y empastillado. Había consumido cocaína, heroína y mucha cerveza. Disparé para asustar”, asegura el acusado.
“¡Bum, bum! Me asomé por la mirilla y le veo, abro la puerta y hago, ‘zumba’, un fogonazo. Fuera. Pum, cayó, KO, uno menos”, detalla ‘El Chiqui’ sobre Dioni. Sobre el disparo al guardia civil, el acusado explica que “digo, mira que pego un zambombazo e increíble. Disparo y le doy al hombre. Intuí que estaba el guardia detrás de la puerta”, detalla. Cuando el fiscal le comenta que el guardia civil se encontraba entre la vida y la muerte por el disparo que le dio, ‘El Chiqui’ comenta: “Bueno, pues lo siento”.
En las imágenes se ve cómo tras una pelea previa que comenzó entre familias, Dionisio y su hijo acuden a casa del Chiqui. Dionisio sacude la puerta y la golpea con fuerza, le grita para que salga, mientras su hijo le espera más tranquilo en la puerta del ascensor, mira su móvil y entra dentro. Cuando parece que Dionisio se encuentra más calmado, en el último momento se dirige de nuevo hacia la puerta para pegarle hasta tres patadas a la puerta.
'El chiqui abre la puerta, le pega un tiro en el abdomen e intenta encañonar también a su hijo, pero la escopeta se encasquilla, lo que le permite huir por las escaleras del edificio. Después de que 'el Chiqui' le persiga durante unos minutos, vuelve a su casa y se encierra.
A los pocos minutos llegan varios agentes de la Guardia Civil y un equipo de sanitarios que tratan de reanimar sin éxito a Dionisio. El Chiqui permanece atrincherado durante varias horas, al llegar la mañana acabara disparando y acabando con la vida del teniente coronel Pedro Alfonso Casado.
Un disparo realizado “a ciegas” desde dentro de la vivienda a través de la puerta cerrada alcanzó al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, jefe de la Unidad Especial de Intervención (UEI) allí desplazada, que fue trasladado inmediatamente al Clínico de Valladolid en una ambulancia que había en el lugar, a instancias de la Guardia Civil, y que sigue muy grave aunque estable.
Las negociaciones continuaron y a las 13:00 horas se logró que P.A.S.H. dejara en libertad al rehén, que dijo que era su yerno, sin ningún daño físico, aunque hizo creer que tenía a otra persona retenida.
Sobre las dos de la tarde del viernes, el presunto homicida acabó entregándose sin oponer resistencia, y durante toda la negociación "manifestó estar muy alterado, algo que él mismo atribuía a la falta de estupefacientes que consumía de forma habitual". En el interior de la vivienda se encontró el arma utilizada para realizar los disparos, el citado fusil Mauser de alto calibre, antiguo, de cerrojo.
Según explicó la Delegación del Gobierno en un comunicado, una llamada a los servicios de emergencias alertó de una reyerta con unas doce personas implicadas y armadas con palos; otro alertante añadió que seis o siete personas estaban pegando a otra, armadas con palos y casos.
Cuando los agentes llegaron fueron informados de que un hombre y una mujer tuvieron que ser atendidos tras la reyerta en un centro sanitario de lesiones leves. El fallecido era uno de los que había acudido al centro de salud para ser atendido tras la reyerta y a quien, cuando se disponía a subir a su vivienda en la tercera planta, el presunto homicida, que vive en la planta baja, le disparó.