Un equipo de 'Vamos a ver' se hace pasar por interesados en participar en una sesión con ayahuasca. Cada fin de semana, cientos de personas toman esta sustancia y el programa ha conseguido el testimonio de una persona que trabajaba en ellas y que dice haber presenciado hasta brotes psicóticos.
María es un nombre ficticio y es que esta mujer necesita proteger su identidad. Participaba de estas sesiones en base a las indicaciones del líder y comentaba: "Teníamos una cuerda para atar a personas en caso de que tuvieran un brote psicótico". Esto lo hacían "por orden del fundador" y añadía que ha presenciado en primera persona "tres o cuatro casos".
El equipo de investigación del programa ha acudido a un retiro de este tipo en un lugar aislado. Allí, les aseguran que es una clase "de la escuela europea ayahuasquera" en la que habían dejado entrar "a los participantes del retiro".
Están a punto de empezar la sesión y nadie les pregunta si tienen algún problema médico, de salud o si toman algún tipo de tratamiento. Eso sí, hacen que firme un documento en el que autoriza a que se le apliquen las "quemaduras necesarias" en la piel para la aplicación del kambó.
Se trata de un veneno de rana que se aplica a través de quemaduras y que tienen también peligrosos efectos. Tras una noche en la que los efectos de esta sustancias se hacen notar, el equipo vuelve a la realidad preguntándose cómo es posible que estas sustancias se ofrezcan en retiros por toda España con toda impunidad.