Tercer día de sesión del juicio contra Daniel Sancho, acusado de asesinato con premeditación y posterior descuartizamiento a Edwin Arriega. ‘Vamos a ver’ se mantiene en Koh Samui, Tailandia, lugar donde se está realizando el juicio que dictará si Daniel Sancho obtiene la pena de muerte o condena perpetua.
Álvaro López pone en contexto a la audiencia sobre los últimos acontecimientos del juicio: “Ayer Daniel Sancho se levanta en mitad de la sala para preguntar a la persona que le vendió en su día los cuchillos y le dice ‘¿Puedes confirmar que esos cuchillos únicamente son para cortar cocos?’ Y antes de contestar la testigo, le interrumpe el juez diciendo ‘Daniel, esa pregunta es improcedente porque muchos de esta sala conocemos para qué utilizaste esos cuchillos’.
“El segundo detalle es que los testigos que vienen aquí a Tailandia a declarar la corte, reciben una compensación de unos 12 euros. Esto nos sirve para conocer cómo es la justicia aquí en Tailandia respecto a España. En las últimas horas, se le está complicando el juicio a Daniel Sancho, se quejó de que la traductora proporcionada por la corte no está ejecutando una buena traducción y pide permiso al juez para que esas labores la desempeñe la traductora de Rodolfo Sancho. La estrategia de Marcos García Montes es declarar la nulidad porque dice que no se respetaron los derechos ni obtuvo una traducción al español", detalla el reportero.
Rodolfo Sancho bajaba ayer las escaleras acompañado de su asesora y confirma: “La segunda sesión ha ido muy bien por suerte. Ante las numerosas preguntas de los reporteros que le esperan a la salida del juzgado, el padre de Daniel Sancho reacciona diciendo que “Ya empezamos, ¿En que hemos quedado esta mañana? En que me dejarais pasar. Madre mía, me empujáis literalmente. Realmente vais a acabar tirándome al suelo”, sentencia con una sonrisa, mientras busca el coche que le recoge del juicio junto a su asesora.
Además, a la entrada de esta segunda sesión Rodolfo Sancho tenía un tenso encuentro con la prensa y pedía respeto: "Os voy a decir una cosa: yo os trato con educación y respeto y espero lo mismo de vosotros, así que, por favor, no me cerréis el paso, dejadme pasar, no me empujéis, no me pongáis zancadillas, no me piséis, no me persigáis por la isla… Os lo pido por favor", ha dicho.
Advertía en la misma línea: “Os voy a decir una cosa, en este país está prohibido grabar a la gente en público y hacerle fotografías. No tengamos un problema”, ha señalado, antes de pedir que le dejaran marchar. “Por favor, os he pedido que me dejéis pasar”