La muerte de Ana Buza se cerró a las 36 horas como un suicidio y ahora se vuelve a reabrir debido a las contradicciones de la pareja de la joven y los informes que han hecho reactivar la investigación. Antonio, el padre de la chica, detalla en 'Vamos a ver' cómo los agentes que siguieron el caso son unos "incompetentes" y que incluso la joven llegó a llamar sin éxito al 016.
Antonio Buza y su familia han tenido que contratar de su bolsillo a un equipo de forenses y varios expertos en criminalística para analizar la escena del crimen en el que Ana Murió y desmontar la decisión de los jueces: "Todos concluyen en que la joven ha sido atropellada... el juzgado, en 36 horas, sentenció que la ella se había suicidado".
El padre señala directamente al novio de Ana Buza, que cambió hasta en cuatro ocasiones su discurso: "Él cambió cuatro veces de versión, primero dijo que se había cruzado un animal; la Guardia Civil lo increpa y no se lo cree, él vuelve a cambiar la versión diciendo que miró hacia atrás y se estrelló con el quitamiedos".
"Ahí, la Guardia Civil sigue dudando, no se lo creen, le dicen que la ha matado... pero cuando llega la madre y le hacen el control de alcoholemia, él dice que ella se había tirado voluntariamente del coche porque había discutido conmigo por sus malas notas... cuando ella era de matrículas. Le vuelven a decir que no se lo creen y el chico le cuenta que Ana había discutido conmigo por problemas de dinero", dice el padre sobre el que era pareja de su hija.
"A pesar de todo esto, ni siquiera se lo llevan detenido para interrogarlo al día siguiente... no pidieron el visionado de las cámara de videovigilancia, había una agenda en la que se hablaba de una psicóloga, no la llamaron a declarar, a mí no me lo dijeron... él entraba en mi casa y no sabía que me había culpado del tema", señala cómo trabajaron los investigadores este caso.
El padre de Ana Buza es claro con el trato del chico sobre su hija: "Me hacen llegar un correo electrónico de mi hija enviado a una psicóloga, que había sido orientadora escolar de ella, cuando Ana llevaba saliendo seis meses con él, ahí me di cuenta que la relación no era lo idílica que yo pensaba...".
"En ese correo, queda escrito cómo ella hablaba de que él era un celoso, tóxico, controlador, manipulador, que si fuese por él estaría en una jaula metida, la tenía aislada, la quitó de redes sociales...", sentencia Antonio de forma contundente.
"Mi hija tenía 19 años recién cumplidos, hay una compañera de la facultad que vio que la relación era tan rara, él iba todos los días a la universidad, se quedaba dos horas en la puerta mirando por el ojo de buey hasta que acababa las clases, la acompañaba al servicio, no la dejaba salir con sus compañeros, ir a reuniones de clase, etc...", dice el padre ante la audiencia.
"Ahora, esta compañera me ha dicho que quería testificar, que había perdido el miedo, mañana va a testificar que incluso llegó a llamar al 016, número contra la violencia de género, y no le hicieron caso. Me lo contó hace un mes y me quedé perplejo...", sentencia Buza.
El padre explica que al recibir el email en el que su hija confiesa a la psicóloga todo el sufrimiento que vivía junto a su novio, "es cuando me presento con un abogado en el juzgado de Carmona". Allí, lejos de ayudarle, Antonio cuenta que la jueza titular, Rocío Villarrubia, le encerró en una sala y le dijo: "Su hija se ha suicidado, ¡lo tiene claro o no lo tiene claro!, ¡esto es lo que hay! Me voy a la sala de vistas que tengo cosas muy importantes que hacer".
Tras esto, Antonio Buza quiere señalar a dos agentes: "Los incompetentes de verdad son la policía judicial María José y su compañero Enrique, estuvieron allí, en el lugar de los hechos, son unos incompetentes totales hasta el punto de no pedir el visionado de las cámaras".
"Me fui al sitio de la carretera a estudiar cómo habia sido, me dice un guardia civil que allí había unas camaras, esto ocurre a unos 17 días de la muerte, fui a tráfico y me dijeron que se habían borrado porque se borran automaticamente a los 13 días...", cuenta Antonio decepcionado.