La modelo e influencer se incorporó a ‘Supervivientes 2011’ en la segunda gala y lo hizo para sustituir a Tatiana Delgado, que había tenido que abandonar por problemas de salud. Desde el minuto uno, Tamara irradió frescura y optimismo y se lanzó del helicóptero con muchas ganas de arrancar la aventura.
Eso sí, los nervios no le hicieron que se olvidara de su gente y mandó un mensaje a Ezequiel Garay y a María Teresa Campos, a los que les dedicó su salto.
Las cinco semanas que estuvo en el concurso dieron para mucho. La extronista protagonizó algunas de las discusiones más sonadas y también nos regaló momentos de lo más emotivos.
Los enfrentamientos más gordos los tuvo con Sonia Monroy y Tony Genil y la Palapa se convirtió en todo un campo de batalla donde volaron todo tipo de reproches.
Echando la vista atrás, no podemos olvidarnos del día que Tony Genil y Tamara se enfrentaron por un coco. ¿El motivo? El cantante aseguraba que Tamara no quería compartirlo con él, así que se tomó la justicia por su mano e intentó arrebatárselo de un plumazo.
Y claro, tanta tensión tenía que tener consecuencias y la organización decidió penalizarlos con una prueba en la que Tony Genil tuvo que permanecer encerrado en un corralito y Tamara tenía atender todas sus necesidades.
Lejos de acabar como el rosario de la aurora, la amonestación sirvió para que acercaran posturas e incluso terminaron dándose un abrazo. Tuvieron un comportamiento tan ejemplar que el programa tardó muy poco en quitarles el castigo.
No fue fácil la aventura para Tamara Gorro, por lo que el apoyo de sus familiares y de su chico, Ezequiel Garay, fueron fundamentales para aguantar en el concurso.
Cuando estaba a punto de rendirse, su Ezequiel Garay no dudó en darle una emotiva sorpresa. Mientras sonaba de fondo su canción, Tamara se deshizo en lágrimas y leyó en voz alta el pergamino que él le había mandado para animarla. “Él lo es todo para mí”, aseguró.
Aunque demostró ser una auténtica guerrera, los constantes desmayos y bajadas de tensión la obligaron a abandonar el concurso el mismo día que lo hizo Kiko Rivera. Tras cinco semanas de aventura, la extronista se despedía de una de las grandes aventuras de su vida: “Más rabia me da a mí, porque no me quiero ir. Es mi reto y es mi sueño”, dijo entre lágrimas.
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