Antonio Castelo es un hombre de lo más polifacético que ahora compagina su puesto como colaborador en el programa ‘Todo es mentira’ de Cuatro, con el de jurado de excepción en el festival más novedoso de ‘Sálvame’, el ‘Mediafest’.
Pocos recuerdan que sus inicios en Telecinco fueron en el año 2008 y que fueron cogiéndole el relevo a uno de los reporteros más icónicos de la cadena. Echamos la vista atrás para recordar cómo fue el debut del cómico en la cadena amiga.
El colaborador del programa de Risto Mejide y jurado del festival musical de ‘Sálvame’ se estrenó en nuestra cadena hace doce años y lo hizo como reportero de uno de los programas más históricos de la televisión, ‘Caiga quien Caiga’, al que se unió en su tercera temporada.
Por aquel entonces, Antonio Castelo tenía el mismo humor del que hace gala en la actualidad y, escondido bajo unas gafas de sol negras, ponía en más de un aprieto a políticos, deportistas y personajes del mundo de la cultura.
Sin embargo, había algo muy distinto en el colaborador por aquel entonces. En su etapa como reportero, su apariencia física era muy distinta a la que luce en la actualidad y, si vemos imágenes del pasado, podríamos decir que está completamente irreconocible.
Mientras que ahora cubre media cara con una barba de lo más tupida, hace catorce años prefería llevarla rasurada al máximo y lucía una cara libre de vello. Además, por 2008, su peinado era muy distinto y prefería llevar su frente tapada por el flequillo.
Antonio Castelo se estrenó en el ‘Caiga quien Caiga’ de Juanra Bonet, Manel Fuentes y Arturo Valls con un reportaje sobre la Selección Española y puso en más de un aprieto a los jugadores. Sacó los colores a Iker Casillas y Javi Navarro y consiguió entregar un regalo a Cesc Fábregas.
El ex de Almudena Cid abandonó su puesto como reportero en el mítico programa de Telecinco para iniciarse como presentador en un conocido concurso de cultura general. Fue entonces cuando ‘Caiga quien caiga’ se puso manos a la obra para buscarle un sustituto.
El humor tan personal, la naturalidad y la espontaneidad que Antonio Castelo transmitía por aquel entonces, fueron algunos de los requisitos por los que, imaginamos, fue elegido para sustituir al ahora presentador de ‘Alta tensión’.