Espectacular como siempre y con un look de lo más ochentero, ambientado en la película ‘Grease’, Edurne arrancó su carrera por la victoria de ‘Más que baile’ el 10 de febrero de 2010. Llegó pisando fuerte y ya en la primera gala demostró sus habilidades artísticas con un ‘rock & roll’ impecable y un elegante valls con el que consiguió ganar, para su asociación, los 10.000 euros que se jugaban en el primer programa.
A lo largo de los tres meses que duró la competición, Edurne demostró que era capaz de bailar cualquier cosa. Funky, copla, samba, quick-step, tango, broadway… era tal su dominio de la pista que hasta se ganó el mote de la ‘Madonna española’. “Eres la única bailarina capaz de hacer coreografías de gran dificultad”, le dijo en una ocasión la miembro del jurado, Joana Subirana.
Cada semana, Edurne sorprendía con sus arriesgadas coreografías y por eso no era de extrañar que llegase a la gran final junto a Belén Esteban y Víctor Janeiro. Aunque la princesa del pueblo se convirtió en la ganadora absoluta de la audiencia, el jurado decidió premiar “sus cualidades como bailarina, evolución y entrega” y convirtió a Edurne en la segunda ganadora, que consiguió los 50.000 euros para su proyecto solidario.
Fueron tres meses de dura entrega, en los que Edurne bailó, sudó la gota gorda, hasta se hizo sangre en algunos de los ensayos… y lo más importante, en ellos demostró que tiene talento para dar y tomar.