Antes de pasar de rosco a rosco las tardes, Christian Gálvez vivió una etapa de 'chico malo' hace 12 años. Enfundado en el traje negro de 'CQC', el presentador como reportero practicó con mucha soltura el arte de hacer preguntas incómodas o bromas de lo más gamberras. Era 2006 y todavía no había conocido a Almudena Cid (eso lo explica todo) y por eso en esa época tan loca aceptó retos tan extremos como sumergirse en un lago de hielo o sufrir descargas eléctricas por gritar demasiado...
Él se atrevía con todo y tampoco la cosa cambiaba cuando tenía el micrófono en mano. Ahí el joven de ojos azules y con cara de niño bueno ponía en verdaderos apuros a los entrevistados. Christian Gálvez no se conformaba con la respuesta a una pregunta. Su intervención podía terminar con un beso de película con el propio Pedro Almodóvar o a lanzarse a Claudia Schiffer con tal de colocarle las características gafas de sol y ¡por poco nos dejó a la modelo tuerta en su hazaña!
Él estaba como pez en el agua en los actos sin acreditación y sus bromas eran uno de los mejores reclamos para el programa más canalla. En 'CQC' tocó techo y tanto fue así que no dudó en tirarse a un río por Penélope Cruz, ponerle las gafas de sol a un mono que se apuntó a su reto o de enfadar al mismísimo de Keanu Reeves por una gracia mal interpretada.
En los tres años como 'chico malo' en los que asumió todo tipo de tareas por las exigencias de aquel traje negro consiguió un doctorado en desenvoltura y desparpajo. Y terminados los retos dejó a un lado su faceta de 'malote' para pasar al niño bueno de los roscos y juegos etimológicos con el que ahora disfrutamos todas las tardes.