Llegó para escandalizar y se quedó con el cariño del público a base de desnudos. La irrupción de Boris Izaguirre en Telecinco nos ofreció la primera oportunidad para normalizar la homosexualidad en España, además de hacer de cada una de sus intervenciones pura magia televisiva. Desacomplejado y excesivo convirtió sus bajadas de pantalones en algo de lo más característico que no podía faltar en las noches de 'Crónicas Marcianas'.
La primera vez que el showman dejó atrás sus vergüenzas fue un 16 de diciembre de 1999 ante la gran Concha Velasco como invitada. Él quería sorprenderla siguiendo el guión de la última obra de teatro que ella venía a presentar de Antonio Gala, 'Las manzanas del viernes'. Su ocurrencia le llevó a hacerse un desnudo integral a lo que la actriz solo acertó a decir que le parecía bien mientras "no le mojase el Elena Benarroch" que llevaba puesto.
A partir de ahí se abrió la veda y Boris Izaguirre hizo del desnudo uno de los elementos más reconocibles del programa. El plató era su propio espectáculo. Allí en el suelo o sobre la mesa más marciana el colaborador regalaba distintos planos de calzoncillos y culo convirtiéndose en la estrella del programa más loco y con más audiencia desde 1997 hasta 2005.
Estaba claro que llegaba de Marte porque más allá de normalizar la pluma y el desnudo televisado, Boris Izaguirre nos hizo de la crónica social una fiesta interminable de humor. Era un fenómeno imparable... bueno menos para su amigo Paul ("¡Páralo Paul").