Seis semanas le bastaron a Bárbara Rey para demostrar que tenía las habilidades culinarias necesarias para convertirse en la ganadora del reality ‘Esta cocina es un infierno’ en 2006 y alzarse con los 60.000 euros que había en juego. Pero, aunque tenía muchas aptitudes para la cocina, lo suyo no fue un camino de rosas. En su carrera hacia el triunfo tuvo que sortear algún que otro obstáculo…
De los doce concursantes que entraron a la cocina del infierno, fueron muy pocos los que se libraron del carácter de Bárbara Rey. La ahora anfitriona de ‘Ven a cenar conmigo’ no dudó en enfrentarse a quien hiciera falta y protagonizar las broncas más míticas.
Las modelos Vanessa Mariño y Farah Ahmed fueron dos de sus principales objetivos. Aunque Marbelys Zamora tampoco se libró de sus reproches. Ambas empezaron siendo almas gemelas y terminaron tarifando por una nominación de la bailarina a la vedette.
Bárbara Rey llegaba pisando fuerte al reality y con ganas de demostrar que era la auténtica reina de la cocina. Y en su camino hacia el éxito no iba a permitir que nadie le pusiera la zancadilla. “Me quiere machacar desde el primer día”, decía la vedette, refiriéndose al trato que recibía por parte del reconocido chef Sergi Arola.
Lejos de quedarse en un comentario, la madre de Sofía Cristo no dudó en plantarle cara. “Sabía que no tenía educación y ahora me lo acaba de demostrar” y “es un desgraciado, está amargado” fueron algunos de los ‘piropos’ que le dedicó. ¡Qué bárbara!
El día de la final de ‘Esta cocina es un infierno’, un Alberto Chicote de 37 años fue el encargado de juzgar uno de los platos grupales en los que participó Bárbara Rey. Del plato dijo que estaba bien hecho pero que “sobraba un poco de azúcar”. Un comentario que la diva aceptó con deportividad y con la pose (sacando morritos) a la que nos tiene acostumbrados.
Bárbara Rey no solo fue la protagonista de los momentos más polémicos de ‘Esta cocina es un infierno’, también nos regaló algunos de los más divertidos. Junto con Bienvenida Pérez, nos hizo reír a carcajadas con sus confesionarios surrealistas y sus épicas fiestas.
Y debieron ser justo esos divertidos momentos los que lograron convencer a la audiencia, que la convirtió en la reina de los fogones con un 47,6% frente al 44,5% del segundo clasificado, la expareja de Carmina Ordoñez, Ernesto Neyra.
¿Volverá a demostrar que es la auténtica reina de los fogones? ¿Conseguirá la máxima puntuación por parte de sus rivales en la nueva entrega de ‘Ven a cenar conmigo’? Lo único que tenemos claro es que los momentazos están servidos.
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