'El Alberto Isla dance': El baile en 'MYH' con el que celebró la soltería de Isa Pantoja
telecinco.es
10/07/201814:20 h.Con una camiseta amarilla y de peligro a la vista nos sorprendió a todos Alberto Isla hace tres años. El ahora ya ex novio de Isa Pantoja buscaba probar suerte en el trono para acabar con su soltería y se marcó un baile legendario que desde luego bien merecía el rescate de Unplugged.
Más estilizado de lo que recordábamos (y de lo que estuvo en la isla) y con el pelo rapado se convirtió en nuevo tronista de 'MYH', pero su camino hasta el trono no fue corto y nos dejó un momentazo de lo más impagable. 'El Alberto Isla dance' fue el resultado de aquella llamada a la soltería. Y no era un baile cualquiera ni apto para todas las caderas. Sus claves las tenemos que desgranar aquí casi obligatoriamente por partes:
1. El bailarín tenía que derrochar poco salero y tener 'two left feet'
El ritual del baile fue el modo en el que Alberto Isla celebró la soltería y de lo nuevo que estaba por venir. El ex de Isa Pantoja se estudió la coreografía. Eso era innegable. Pero al estar tan preocupado por los pasos hay que reconocer que el ritmo lo tenía en otra parte.
2. Las caderas en círculos, ¡sobrevaloradas!
Para parecer intencionadamente sexy había un momento de la coreografía que incluía movimiento de cadera. El de Sanlúcar de Barrameda puso sus manos en jarras para intentar mover esa parte tan estática de su cuerpo y, ¡sí, movió las caderas!, pero con un estilo mucho más rústico.
3. El movimiento siempre 'al ralentí'
Los escasos minutos que duró aquella entrada triunfal fueron también de un sufrimiento incalculable para los espectadores. Estos veían cómo Alberto Isla se debatía entre lo que tenía memorizado de la coreografía y los pasos que intentaba imitar de los bailarines que le acompañaban. Todo ello en una contrarreloj constante.
4. No despegar los ojos del suelo: 'La presión Pantojil'
Más mérito habría que conceder a aquella entrada y actuación de Alberto Isla en 'MYH', si recordamos que Anabel Pantoja estaba allí sentada entre el público. Con mirada inquisitoria por esa oda a la soltería y nada animada, la primísima de Chabelita resultó el jurado más despiadado de aquel programa. Era lógico que con esa presión familiar el iniciado bailarín no despegase los ojos del suelo.