Carme Chaparro y Sandra Barneda se encuentran y charlan sobre lo importante que son este tipo de momentos compartidos para nuestra felicidad. Y es que, al contrario de lo que se cree, el dinero, el trabajo o el éxito no son la clave, lo es estar con los que queremos.
La felicidad no está en tener lo que queremos, está en mantener relaciones de calidad lo que nos hace vivir más. Así lo afirma el psicólogo Robert Waldinger, cuarto director del estudio más importante sobre la felicidad humana.
Sostiene que las conexiones sociales fomentan el bienestar frente a la soledad, que la deteriora y precisamente esta conexión es la que han vivido en su encuentro Carme Chaparro y Sandra Barneda.
Carme estaba “feliz” de estar junto a su compañera y es que, aunque se ven, se cruzan por los pasillos y se saludan, nunca tienen tiempo de estar, sentarse a habar y encontrarse. Sandra asentía y es que “compartir” le da la vida: “Estar conectado a la gente que quieres es una inyección de energía”. Por eso, ella lleva siempre “la camiseta del ‘Sí”: “Sí a quedar, a celebrar, a compartir… Es el “sí, a la vida en todos los sentidos y con toda su complejidad”.
Ambas periodistas también son escritoras. Y remarcan como todo lo que uno vive acaba estando reflejado en sus libros y es por ello por lo que Sandra, adelanta como primicia, el tema de su próxima novela, trata de “un gran encuentro”.
Ambas se dan cuenta de la importancia que tiene un mínimo instante, una mínima conversación dónde te liberas de preocupaciones y dónde te das cuenta de la importancia de entendernos y sobretodo, de cuidarnos.
A Sandra Barneda se le ocurría un momento en el que la soledad era la última compañera que quería a su lado. Fue el día en que quedó finalista del Premio Planeta, estaba confinada en casa a consecuencia del covid y estaba sola.
Estaba sola en casa en uno de los momentos más importantes de su vida, pero se mostraba agradecida de que pudo compartir momentos a través de videoconferencias y llamadas telefónicas. Ahí se dio cuenta de que en el fondo no estaba sola y que, no hay nada mejor, que celebrar con los tuyos.
Y, concluida la charla, las amigas lo tenían claro: ¿Cuándo nos tomamos unas cañas?”, preguntaba Carme y Sandra, que se apunta a un “bombardeo”, le respondía que cuando quiera, dispuesta a cruzar calendarios para encontrar el momento: “Hay que compartir”; “pues con esa camiseta del ‘sí’ vamos a por unas cañas. "Te quiero amiga", se despedía Carmen, desdeando brindar con ella y con una cerveza.