Sebnem toma una decisión: irse. Y es que a raíz de hablar con su amiga Didem de lo mal que lo está pasando, llegó a la conclusión de que lo mejor era que tomase una reprimenda: marcharse y ver cómo reaccionaba Onur. Para ello, reunía a sus hijos y a Onur alrededor de una mesa y en medio de la cena lanzaba la sorpresa.
Primero de todo, se dirigía a su hija y le recordaba esa escuela de arte en Praga a la que nunca pudo ir. Pues bien, ahora sí podrá. "¿Cuánto dura el curso de Praga?", preguntaba Onur, medio enfadado y sospechando algo. "Tranquilo, yo ya me he encargado. Alojamiento, permisos escolares... ¡nos vamos todos!", apuntaba Sebnem. Pero algo le descolocaba a Onur, quien no podía ir "por trabajo".
"Ojalá me lo hubieras consultado antes. Podrías haberme consultado antes de hacer las reservas", confesaba Onur. "Como estás tan ocupado, pensé que necesitabas un descanso. Nos divertiremos mucho, saldremos de la rutina", añadía Sebnem. Pero Onur lo negaba rotundamente, aludiendo a que tenía trabajo. Esto le hacía ponerse muy tristes a sus hijos. Y también a Sebnem, que le recordaba a su pasado y a ella, quien sufrió algo similar.
Una estrategia que puede que le salga bien a Sebnem, puesto que cuando todo parecía ir mejor que nunca con Onur, de repente, este se lleva un auténtico batacazo. Y de los buenos. Además, Sebnem señalaba lo siguiente: "Mi padre ya no está, pero sus recuerdos me iluminan. Los padres, para las niñas, son muy importantes".
La cara de Onur era un auténtico cuadro, sin saber qué decir y cómo reaccionar a esa 'sorpresa' que Sebnem les tenía preparados. Y es que muchas veces la indiferencia te hace sospechar todavía más de si realmente te han pillado o no, como está ocurriendo entre Onur y Sebnem. Esta última haciendo caso a los consejos de su amiga y a sus pensamientos, y con ello está consiguiendo que Onur se aferre cada vez más a ella y cada vez menos a su madre, esa suegra de l13203225a que no se puede despegar.