Mesut Öztürkmen, un inteligente policía y persistente, trabaja en los suburbios, donde conoce a una Sebnem adolescente. Su compromiso con la ley y su persistencia policial le llevan a reencontrarse con ella en un nuevo caso policial de una inesperada desaparición.
El inspector reconoce la cara de un desaparecido que investiga su compañero y se da cuenta de que es Niyazi, una vieja cara conocida para él que vincula a la mafia.
Una llamada de un desconocido daba la voz de alerta de que este delincuente había desaparecido al encontrar su coche abandonado en una calle con todo abierto. Mesut se desplazaba a este lugar, donde encontraba una revista abierta por la entrevista de Sebnem, a la que él no reconocía ante el gran cambio físico al que se había sometido.
Esto llamaba la atención de Mesut, que tiraba del hilo y terminaba yendo a la casa de Sebnem para preguntarle por el vínculo que tiene con esta desaparición y que podría estar relacionada con el gran secreto que esta guarda.
Y, aunque el inspector no era consciente de que tenía delante a Sebnem, aquella adolescente a la que defendió en una ocasión ante los trabajos que le obligaban a hacer en el taller en el que trabajaba su padre, ella se quedaba de piedra al volver a encontrarse con este atractivo hombre en el que tanto se fijó en aquel momento en el que sus caminos se encontraban por primera vez.