Partidazo planteado por Hungría, poniendo contra las cuerdas a Alemania hasta los últimos minutos. Lo dio todo en el terreno de juego pero no consiguió la victoria que le hubiera clasificado a octavos de final. Al final Goretzka fue el salvador y después de una jugada con muchos rechaces el mediocentro alemán disparo el balón con una velocidad de un misil y acabó en las redes de la portería húngara.
Hungría se adelanto por dos veces: al principio del partido con un gol de Szalai, a ese gol respondió en la segunda parte Havertz con un cabezazo igualaba el encuentro, pero en seguida se volvía a poner por delante los húngaros con un tanto de Schäfer.