El balón parado tomó protagonismo en un partido en donde Suecia y Eslovaquia ponían poco ritmo. Los eslovacos sacaban el balón parado y Kucka remató. Olsen tuvo que volar y sacar el remate a una mano para evitar el gol que de haber entrado no hubiera valido porque estaban en fuera de juego.
Dúbravka quiso hacer también su buena actuación y un minuto más tarde salvaba a Eslovaquia. Augustinsson superó a los defensas y remató, pero el portero a pesar de pillarlo a contrapié consiguió rectificar y despejar el esférico.