Partido anodino el que se vivió en el Parken Stadion. El desplome de Eriksen en el minuto 42 marcó el devenir del fútbol. El partido se aplazó y tras más de una hora se volvió a reanudar. Dinamarca intentó rendirle un homenaje a su compañero, pero Pohjansapalo lo evitó en el 60. Marcó un gol histórico para Finlandia que le valía la victoria en un día donde el resultado no fue lo importante.
Desde el comienzo el que empezó proponiendo fue Dinamarca. Dominó desde el primer minuto llevando el balón a las zonas de peligro de los finlandeses que agazapados esperaban la contra para intentar hacerle daño al rival. Martin Braithwaite con un gran disparo que terminó en el lateral de la red estuvo a punto de poner el primer tanto del partido.
Mientras tanto, Eriksen era el jugador encargado de repartir juego a sus compañeros. El jugador del Inter hizo su particular despliegue de fútbol asistiendo y poniendo la bola allí donde se necesitaba. Fue el que dio el susto del partido. Cerca del descanso cayó desplomado en la banda izquierda. Las asistencias estaban rápido y le atendían. Sus compañeros se ponían de pantalla para que no transcendieran imágenes.
Tras mucha incertidumbre, se confirmó que el jugador estaba bien y que se iba a reanudar el partido. Se disputó los cuatro minutos que restaban del primer tiempo y tuvieron un parón de unos 5 minutos para dar comienzo el segundo tiempo.
Dentro del plano futbolístico, el encuentro siguió con la misma tónica que cuando se aplazó. El equipo danés llevaba la batuta del partido, pero costándole tener ocasiones claras. En una jugada aislada, Finlandia consiguió meterse en el área rival y Pohjansapalo metió la cabeza para hacer el primer tanto del encuentro en el 60.
Dinamarca tuvo la oportunidad de empatar de penalti. En el 72 el colegiado concedió la pena máxima, pero Hradecky no estuvo acertado desde los once metros y el meta finlandés se lo paró. El marcador ya no se movió y Finlandia se llevó los tres puntos.