Cuando Teobaldo amenaza de muerte a Romeo, Mercucio quiere que su amigo luche, algo a lo que éste niega debido a la promesa que le hizo a su amada de no volver a derramar sangre entre sus dos familias. Indignado ante la cobardía del joven Montesco, decide luchar él mismo con Teobaldo. Romeo quiere separar a los dos, pero no lo logra y Teobaldo le atraviesa con su espada.