En un descuido, a Ramón Serrano Suñer se le cae el pendiente que Sonsoles había olvidado en su primer encuentro furtivo, delante de Franco, que no parece darle importancia, y de su mujer Carmen Polo que empieza a sospechar. Además, la casualidad hace que La Marquesa de Llanzol aparezca en la portada del periódico el día del atentado contra el ministro.