Serio, visiblemente nervioso y con la mirada perdida. Así está Don Juan Carlos en el acto en el que jura los principios del movimiento cuando es nombrado heredero a título de Rey. Don Juan Carlos se siente solo. Ningún miembro de su familia acude al acto ya que Don Juan se lo prohibe. Solo su mujer y sus dos hijas mayores le acompañan en las Cortes.