El 29 de marzo de 1956, Don Juan Carlos sufre el golpe más duro de su vida: la muerte de su hermano Alfonso mientras ambos jugaban con una pistola. El hecho destrozó a la familia y esta muerte siempre ha perseguido a Don Juan Carlos que jamás podrá olvidar la frase que le espetó su padre. "Júrame que no lo has hecho a propósito", dijo Don Juan a su hijo junto al cadáver de Alfonso.