La vida de Salvador cambió en 1975, el día que nació su segunda hija. Su mujer murió y, según los médicos, la pequeña también. "Cuando exhumamos el cadáver era un niño, no una niña y no tiene ADN ni de mi mujer ni el mío. En el legajo de aborto, que está firmado por un doctor que no estuvo en el parto, dice que mi hija murió antes de nacer", ha explicado Salvador.