"Encontré una fotografía en la que se ve a mis falsos padres saliendo de una iglesia con un bebé. Yo siempre me pregunté quién era ese bebé y me decían que era yo, pero con 14 años me di cuenta de que no podía seguir preguntándoselo. En la fotografía ponía una fecha en la que yo ni había nacido. Me fui al estudio fotográfico para ver lo que podía descubrir. El fotógrafo me dijo que no se había confundido, pero yo preferí pensar que era mentira. Hace cuatro años, cuando regreso de Santiago de Chile, me dediqué a averiguar más sobre mi vida. Lo primero que hago al haberme dicho que era adoptada y ver que figuro como hija adoptiva, es irme al lugar donde pone que he nacido. Encuentro a una señora de 80 años que dice que conocía a mis padres y que sabía que algún día, la niña que quedó viva volvería. En ese momento es cuando empiezo a entender quién era la niña de la foto, era la primera niña que mis padres compraron y que falleció", ha relatado Mabel, una de las niñas robadas.