Mª Luisa cumplía el perfil de las víctimas. Una mujer joven, separada y con una hija nacida de un matrimonio que ya se había roto. "Empecé una relación después de separarme pero, cuando me quedé embarazada, mi pareja me dijo que tenía una novia de toda la vida. En ningún momento se me pasó por la cabeza abortar. A mis manos llegó una revista en la que decía que Sor María ayudaba a madres solteras con problemas y decidí ir a verla acompañada por mi madre", nos cuenta esta madre a la que le fue arrebatada su hija.
Después de dar a luz, a Mª Luisa le aseguraron que su hija había muerto. Poco después la versión cambió, comunicándole que, aunque estaba viva, iba a ser dada en adopción. No tardó en plantarle cara, pero Sor María le amenazó con quitarle a su otra hija por haber sido madre fuera del matrimonio.