Tras la muerte de su hermana, los médicos le dijeron a sus padres que la menor sería enterrada a los pies de un adulto fallecido. Sin embargo esa práctica no era real y Esperanza descubrió que en la documentación su hermana figuraba como enterrada en una fosa común. Tras descubrir este dato, Esperanza acudió al cementario para ver los libros de inhumación y descubrió que habían sido transcritos.